Aquesta setmana ens fa molta il·lusió anunciar una nova col·laboració, amb la qual també volem iniciar un petit projecte dins del blog: donar visibilitat a la tasca d’altres professionals amb els que els fisioterapeutes treballem colze a colze. En aquest cas, volem destacar la figura del terapeuta ocupacional, i qui millor per explicar-nos-ho que un d’ells. Qui ens dóna una petita mostra d’aquesta feina és el Ginés Ruiz, diplomat en Terapia Ocupacional a la Universidad Miguel Hernández (Elche), especialitzat en neurorehabilitació de l’adult després de fer el máster a la Gimbernat i format també en Terapia Ocupacional en pediatria. Part de la seva formació i experiència laboral han estat a França, realitzant un Erasmus a Lyon i treballant a París durant un any. També ha fet una petita incursió dins el món de l’ensenyament, exercint de professor col·laborador a la Universidad Miguel Hernández i actualment, des de fa 7 anys, treballa a l’Institut Ortopèdic de Barcelona com a especialista en la confecció de fèrules fetes a mida. A més d’un gran professional és una persona molt creativa. Us deixem doncs amb la seva entrada.
“Dale un pez a un hombre y comerá un día; enséñalo a pescar y comerá siempre” (proverbio chino)
Creo que va siendo hora que aparezca la terapia ocupacional en este blog y me siento muy honrado al ser yo quien os de unas primeras pinceladas sobre esta disciplina.
-La definición de la profesión más difundida y conocida es la siguiente:
“Terapia Ocupacional es el uso terapéutico de las actividades de autocuidado, trabajo y juego para incrementar la función independiente, mejorar el desarrollo y prevenir la discapacidad. Puede incluir la adaptación de las tareas o el ambiente para lograr la máxima independencia y mejorar la calidad de vida.” (American Occupational Therapy Association, 1986)
El principal objetivo de la terapia ocupacional es capacitar al paciente para alcanzar un equilibrio en las ocupaciones, a través del desarrollo de habilidades que le permitirán funcionar a un nivel satisfactorio. El resultado de la intervención es la capacitación del paciente para que dé una respuesta apropiada a sus propias necesidades, con el fin de que su vida sea satisfactoria y productiva.
En definitiva -y como se suele decir- no se trata de dar años a la vida, si no vida a los años.
Los objetivos de la terapia ocupacional por lo tanto ya se pueden intuir, entre ellos:
- Valorar las necesidades del paciente en función de los roles ocupacionales requeridos por él.
- Identificar las habilidades necesarias para apoyar esos roles (habilidades físicas, cognitivas…).
- Cambiar o minimizar las conductas que dificultan la ejecución ocupacional.
- Mejorar la ejecución de los roles.
- Ayudar al paciente a desarrollar, reaprender o mantener las habilidades a un nivel de competencia que le permita la ejecución de los papeles ocupacionales de manera satisfactoria.
- Ayudar al paciente a alcanzar un uso organizado, satisfactorio y con un propósito del tiempo.
- Capacitar al paciente para actuar a un nivel que satisfaga sus necesidades de una forma aceptable para él y para la sociedad.
Entendemos cada paciente como ser único y a su vez es la razón de existencia de la terapia ocupacional. Nuestro tratamiento por lo tanto va siempre ligado a una exhaustiva valoración de las capacidades del paciente y a un posterior establecimiento de objetivos. Objetivos que en la mayoría de casos serán consensuados con el propio paciente.
-¿Cómo actúa la terapia ocupacional en neuro-rehabilitación?
Las lesiones y alteraciones neurológicas pueden producir problemas motores, daños cognitivos y sensoriales, trastornos del desarrollo, disfunciones del aprendizaje o situaciones psicosociales que afecten las actividades y la participación en estas.
Los marcos de referencia aplicados para este tipo de pacientes son varios:
- Biomecánico: Se utiliza principalmente para el tratamiento de los trastornos ortopédicos y de disfunciones musculares. Los objetivos en los que se centra el tratamiento de terapia ocupacional son el incremento de la movilidad, de la fuerza muscular, de la estabilidad y la resistencia con el fin de mejorar la función.
- Neurodesarrollo: Este marco se centra en la secuencia de las intervenciones y en el uso de las percepciones sensoriales, y las respuestas voluntarias o reflejas, para promover la competencia y la progresión a través de las etapas de la mejoría. En este marco es donde encontramos enfoques para la neuro-rehabilitación como Bobath, Kabat, o la Integración Sensorial (de Jean A. Ayres).
- Cognitivo-Perceptivo: Este marco se desarrolló para tratar problemas funcionales derivados de los trastornos perceptivos y/o cognitivos, causados por el daño cerebral o un trastorno o retraso en el desarrollo.
Por lo tanto, y teniendo en cuenta estos tres enfoques, en primer lugar el terapeuta ocupacional deberá evaluar el impacto que las alteraciones físicas, sensoriales o psicológicas tienen en las actividades de la vida diaria, trabajo u ocio del paciente. De esta manera, se podrá establecer un tratamiento mediante técnicas y actividades de carácter ocupacional con el fin de mejorar o sustituir funciones motoras, sensoriales, cognitivas o psicosociales deterioradas. En este sentido, se puede actuar en muchos ámbitos: la persona, la actividad y el entorno físico y humano (familia y amigos).
Quisiera describir a qué nos referimos cuando hablamos de “sustituir funciones”. Como es sabido, las alteraciones neurológicas (dependiendo del tipo u origen que sean) suelen dejar secuelas que afectan a las capacidades motoras del paciente.
Es en estos casos cuando más se aconseja el uso de ortesis o productos de apoyo (también conocidos como ayudas técnicas). Estos sirven fundamentalmente para facilitar la recuperación de una función, compensar los déficits o sustituir los componentes de actividades que el paciente no puede llevar a cabo.
Algunos ejemplos son:
- Sillas de ruedas: Siempre dependiendo del grado de afectación del paciente se escogerá un tipo de silla u otra. En este aspecto, existe un amplio mercado que nos permite adaptarla lo máximo posible a las necesidades de éste. Por ejemplo, para un paciente con paraparesia (con alteraciones de la movilidad y/o la sensibilidad en las piernas) pero con buena movilidad de tronco y brazos se le aconsejará una silla de ruedas que sea ligera, de rueda grande para que se pueda autopropulsar él mismo, que libere las escápulas para un mejor función de brazos, y que se pueda plegar y montar fácilmente (incluso si el paciente quiere montar la silla sentado en su coche).
O por poner otro ejemplo de un caso muy diferente, podría ser un paciente con tetraplejia (alteraciones de la movilidad y/o la sensibilidad tanto de brazos como de piernas), al que se le tendría que facilitar una silla de ruedas basculante, especialmente pensada para personas de movilidad muy reducida. Como el nombre indica se trata de una silla que bascula permitiendo realizar numerosos cambios posturales. El sillón a su vez puede estar hecho a medida para un adecuado control postural y prevención de úlceras por presión. Además son unas sillas que por su peso suelen disponer de un motor para permitir la movilidad con un simple joystick que se puede adaptar, por ejemplo, a la mandíbula del paciente para que éste pueda desplazarse de manera independiente.
- Antiequinos: Estas férulas se suelen recomendar cuando un paciente presenta pie
equino (pie caído hacia abajo y hacia dentro) por disfunción del nervio tibial anterior o del nervio ciático poplíteo externo. Están orientadas a controlar la flexión plantar para facilitar la marcha y entre ellas, la más conocida es el rancho de los amigos.
Existen en el mercado muchos tipos de antiequinos que se deben recomendar según afectación. El conocido foot-up es recomendado para pacientes con afectación de la flexión dorsal pero desaconsejado si además hay inestabilidad medio-lateral de tobillo.
O también sistemas de estimulación nerviosa para activar la musculatura afectada, como por ejemplo el Bioness L300 que se coloca justo bajo rodilla y mediante un sensor en el zapato capta en qué fase de la marcha tiene que realizar la estimulación del tibial anterior y con qué intensidad.
- Férulas de mano: Son órtesis que se aplican para conseguir una mejor alineación de las articulaciones de la muñeca y la mano en pacientes que de manera voluntaria no pueden (por ejemplo, por espasticidad). En estos casos, lo ideal es hacerlas a medida y por ello los terapeutas ocupacionales tenemos formación específica. Pero también existen férulas en el mercado que se suelen aplicar.
- Ayudas técnicas o productos de apoyo: Se definen así los productos pensados para prevenir, compensar, controlar o mitigar deficiencias y limitaciones en la actividad o restricciones en la participación. Estas se clasifican por la actividad a la que se refieren: de higiene, de vestido, de alimentación, etc.
Por ejemplo, para un paciente con hemiparesia (alteración de la movilidad y/o la sensibilidad de una mitad del cuerpo) se le podría proponer una tabla de preparación de alimentos adaptada, la cual dispone de un soporte para colocar el alimento, y así poder manipularlo con una sola mano (por ejemplo, pelar una patata).
O, para un paciente con paraparesia, siempre se suele aconsejar el uso de tablas de transferencia para poder pasar de la silla a la cama, o de la silla al coche sin demasiado esfuerzo. Existen muchos tipos de tablas de transferencia, desde aquellas que son de madera y rectas, a otras curvadas, o incluso algunas fácilmente plegables.
No quisiera acabar sin recordar que para cualquier caso, el terapeuta ocupacional deberá evaluar a cada paciente y así poder recomendar un tipo de férula o ayuda técnica para que el paciente pueda hacer un uso efectivo de ella.
En definitiva, incluir un terapeuta ocupacional al equipo de neuro-rehabilitación siempre será un valor añadido. Nuestra tarea no sólo se centra en el paciente sino también en su entorno, es decir, entendemos al paciente como un ser que se desenvuelve en un entorno que en muchos casos es limitador de la actividad, o de la participación en ella. Pacientes con lesiones en el sistema nervioso encuentran día a día barreras que les impiden disponer de una calidad de vida óptima, y es sobre este aspecto donde el terapeuta ocupacional debe trabajar.
Ser terapeuta ocupacional es aprender de cada paciente, es saber escuchar y trabajar constantemente con la empatía. Lo que más valoro de mi profesión es el vínculo que se crea entre paciente y terapeuta. Vínculo que se trabaja sesión tras sesión y que cuanto más fuerte es, más fácilmente se consiguen los objetivos establecidos.
Referencias:
- Conceptos fundamentales de la terapia ocupacional. Polonio López B, Durante Molina P, Noya Arnaiz B. Editorial Panamericana. 2001
- Neurorrehabilitación. Cano de la Cuerda R, Colllado Vázquez S. Editorial Panamericana. 2012
-Ginés Ruiz Amorós-Terapeuta Ocupacional