Aquesta setmana us deixem amb un article d’opinió sobre la realitat d’una fisioteràpia que encara no havíem tractat al blog, però que és molt important: la fisioteràpia respiratòria. Qui ens en parla és la Tina Delgado, fisioterapeuta, infermera i amiga. Formada a Pamplona, Barcelona i França, i havent exercit en tots aquests llocs, sempre ha estat una ment inquieta a qui no li falten mai les ganes de treballar. La podeu trobar a Instagram amb el nom de @fisiorespiratoria_pamplona.
Us deixem amb ella. Gaudiu-ne!
“Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano”.
Isaac Newton
Hacía ya tiempo que una de mis más queridas amigas me invitó a escribir una entrada para este blog. Y eso: lo típico de que lo vas dejando pasar, ¿falta de ganas? No, no es eso. La verdad es que estaba en mi mente y siempre me rondaba la misma pregunta… “¿Y yo qué tengo que decir?”
El 1 de marzo de 2019 abrí mi propio Servicio de Fisioterapia Respiratoria. Desde entonces todo es para mi una continua investigación: saber transmitir eso que haces y eso que eres para que otros… ¿Lo entiendan? ¿Lo compartan? ¿Lo valoren? Déjate de tonterías… Saber transmitir para que otros lo compren. Eso es, al fin y al cabo.
Atrás quedan los fundamentos de mi formación; ahora tengo que ideármelas para que compren aquello que, por lo menos aquí en Navarra, poca gente conoce. Hay personas con enfermedades respiratorias que sí saben que puede haber alguien que las ayude, no saben muy bien quién ni cómo… No saben si la ayuda es en forma de cura (que, en base, es lo que todo el mundo desea) o en forma de mejora.
Muchas veces, ni eso es lo que podemos vender desde la fisioterapia. Sabemos que las palabras clave son calidad de vida, auto-cuidado. La teoría la sabemos.
¿Qué fisioterapeuta espera que se solucionen siempre los problemas de todos sus pacientes?
Esa sensación de: “a pesar de todos mis esfuerzos, este o esta paciente ha entrado en la consulta cuestionándome inconscientemente y se va a ir igual”.

A veces, desde la perspectiva de los pacientes esperamos que, y sobretodo si vamos a un servicio privado, nos solucionen la papeleta en 45 minutos. Una papeleta que llevamos mucho tiempo sufriendo…
“_”No, no, si yo ya salgo a andar una hora todos los días, tengo una calidad de vida relacionada con la salud excelente.
_¿Y qué hace aquí entonces?
_Vengo porque mi mujer se ha empeñado.
_¿Entonces qué objetivos puede fijarse usted de esta terapia?
_ Oh… pues mmm ah si, ya sé: no volver a tener reagudizaciones…”
Y ahí estamos, otra vez, lanzando la pelota de la responsabilidad al otro…
Cuántas situaciones y qué variopintas; todo profesional de la salud sabrá de qué hablo.
Cuando Anna me dijo que escogiese un tema para esta entrada, a mi se me ocurrían muchos y ninguno.
Un día, pensando y repensando qué es lo que yo puedo vender a la gente, aquello que seguro voy a poder ofrecer, algo que no engañe a nadie ni genere falsas expectativas, me topé con una campaña que la Federación Española de Fibrosis Quística lanzó en 2017 con el Hashtag #donantesdeganas. Una campaña que enseñaba cómo, a pesar de la fatiga y la pereza, las personas con Fibrosis Quística deben hacer ejercicio físico todos los días. TODOS los días. Si quieren añadirle vida a sus años y años a su vida tienen que entrenar cada día, tomarse su medicación y hacer 2 sesiones de fisioterapia respiratoria. TODOS los días. Sí, también en Año Nuevo, también los domingos. TODOS los días. Si se encuentran menos bien y si se encuentran mal. Desde que les dan el diagnóstico pocos días después de nacer y para siempre.

¿Imaginas? A mi me cuesta imaginar no poder tener ni un respiro para poder respirar. Esa es la vida de las personas con Fibrosis Quística. Una vida de obstáculos, sacrificio y disciplina mezclada con el miedo a lo que no vemos (los gérmenes).
Y a pesar de todo, estas personas me reciben cada día en sus casas con una enorme sonrisa, dispuestos a seguir adelante.
Aquella campaña me llegó hondo. Me encantaron los testimonios. Tantos deportistas… ¿Las ganas? ¿Les sobran? Me cuesta imaginarlo.
Pertenezco a un grupo de Facebook francés llamado “Le Café Respi”. Un grupo formado sobretodo por fisioterapeutas respiratorios. En mis casi 4 años trabajando en el país galo aprendí muchas cosas, entre otras: la fisioterapia respiratoria, la historia y la imagen de la misma y de los fisioterapeutas respiratorios. La sociedad francesa tiene una animadversión muy curiosa con los fisioterapeutas respiratorios. Allí son casi venerados a la vez que criticados. Podemos encontrar la imagen “del sacamocos torturador de bebés con bronquiolitis” y a la vez la del “sacamocos salvador de los pacientes con fibrosis quística”.
En Francia la Fisioterapia ambulatoria es siempre prescrita por el personal médico y financiada por su Seguridad Social.
Desde 2012 han disminuido mucho las prescripciones de Fisioterapia Respiratoria para los bebés con bronquiolitis por las recomendaciones que realizó la Haute Autorité de Santé (el máximo organismo normativo de Salud francés, con siglas HAS) ese mismo año.
Al no haberse descubierto beneficio significativo en bebés hospitalizados con bronquiolitis aguda, la HAS recomendó que no se debía pautar Fisioterapia Respiratoria en dichos casos. En aquel momento, tampoco había estudios que justificasen la pauta médica de Fisioterapia Respiratoria de manera ambulatoria, aunque la Institución no se pronunció de manera directa en cuanto a ello.
El 15 de noviembre de este año, Le Café Respi “ardía” en publicaciones. La HAS había publicado hacía pocas horas sus nuevas recomendaciones para las epidemias estacionarias, especialmente las de bronquiolitis. Dejaba, ahora sí, también de recomendar la prescripción de Fisioterapia Respiratoria de manera ambulatoria.
La profesión se indignaba y poco tiempo después la Ordre des Kinésithérapeutes y algunas asociaciones estudiantiles emitían comunicados para rebatir estas recomendaciones.
La falta de evidencia científica y la parte mala de nuestra imagen juegan en nuestra contra en uno de los países con mayor proporción y visibilización de los fisioterapeutas.
La HAS recomienda lavados nasales para las bronquiolitis ambulatorias. Casi únicamente lavados nasales. Habrá quizá contemplado ya cómo afrontar una mayor saturación (si cabe) de sus servicios de Urgencias por el desconocimiento de las madres y padres, en cuanto a los cuidados de la bronquiolitis, digo yo.
Ha recomendado el cese de la prescripción de Fisioterapia Respiratoria sin tener en cuenta que lo que menos hacemos los profesionales en estos casos son las técnicas de exhalación forzada (las que nos han dado tan mala imagen). La HAS ha cesado junto con ello también la labor de prevención, los consejos sanitarios y la educación para la salud que realiza nuestro colectivo y se ha quedado más ancha que larga.

El márketing y la imagen que transmitimos es esencial. Eso lo he aprendido de los diseñadores. Se nos tiene que meter en la cabeza que ningún reconocimiento es eterno. Lo que los demás piensen, vean y juzguen de nosotros, lo que “nos compran” o lo que “vendemos” (aunque en realidad no vendamos nada) es lo que nos va a permitir seguir adelante o encontrarnos muchos frenos.
El tratamiento en fisioterapia es difícil precisamente porque no es una pastilla que te tomas y punto. Al ser una relación terapéutica, entran en juego muchos factores: el estado de ánimo del paciente y del profesional, la psicología de ambas partes, la empatía, la fatiga, el tiempo que tenemos y el que nos queda, a parte de otras muchas cosas. En fin.
Mi opinión después de todo, es que la misma Fisioterapia Respiratoria está cambiando y así debe de ser. Una fisioterapia más centrada en el paciente, en su naturaleza y basada en un buen nivel de evidencia. Si las técnicas manuales no pueden evidenciarse todavía, aparquémoslas y vayámonos a la base, a aquello que nos hizo nacer en su día y diferenciarnos como profesión. A aquello que tiene sobrada evidencia científica. A lo más sencillo y a lo más difícil a la vez. A aquello cuya falta está matando y enfermando a millones de personas en nuestra sociedad. A aquello que nos hace seres vivos. Vayámonos a pautar movimiento, a adaptar el ejercicio físico a cada caso. Y seamos sobretodo, donantes. Donantes de ganas de hacerlo.
-Tina Delgado-